Donald Trump y Robert Kiyosaki en su libro «El toque de Midas – ¿Por qué algunos empresarios se hacen ricos, pero la mayoría no?», intentan responder a la pregunta de cuáles son los elementos que son la base del éxito como empresario.
Para ello hablan de los cinco dedos del Rey Midas empresario, que deben ser desarrollados para ser un empresario de éxito:
- Fuerza de carácter. Convertir la mala suerte en buena suerte.
- Enfoque. Persigue un sólo objetivo hasta que tengas éxito (leed el interesante post de blog de Javier Megías sobre este tema en Las 3F más importantes para el emprendedor: Foco, Foco y Foco).
- Marca. Lo que representas.
- Relaciones. No se puede hacer gran cosa con socios malos.
- Los detalles que cuentan. Lo que hacen los empresarios de éxito, y no hacen el resto.
Para ilustrar la importancia de la marca, Robert Kiyosaki cuenta la siguiente historia «¿Eres un Rolex genuino o un Rolex pirata?». siendo los protagonistas el propio Robert Kiyosaki, y su ya inolvidable Padre Rico.
¿Eres un Rolex genuino o un Rolex pirata?
-¿Cuándo te compraste el Rolex?-me preguntó padre rico.
-La semana pasada en Hong Kong-contesté con mucho orgullo.
-¿Y es un Rolex genuino?
-Bueno, sí – contesté vacilante-.Es real.
Con una sonrisita burlona, padre rico sujetó mi muñeca y se acercó el reloj a la cara para verlo mejor.
-¿Y cuánto te costó?
-Eh, eh, me dieron muy buen precio.
-¿Cuánto te costó?-volvió a preguntarme.
-Cinco dólares-contesté tartamudeando-.Es pirata.
-Eso pensé-dijo padre rico en voz baja. Nos quedamos un largo rato en silencio. Me di cuenta de que él estaba reflexionando.
-¿Y por qué compraste un Rolex pirata?-me preguntó finalmente-. ¿Por qué no compraste uno genuino?
-Porque son muy caros-contesté.
-¿Sabes por qué los piratas hacen copias baratas de un reloj costoso?
-¿Por el precio? ¿Porque la gente lo quiere más barato?-contesté, pero padre rico negó con la cabeza y continuó.
-¿Sabes cuánto cuesta la marca Rolex?
-No-contesté.
-¿Sabes lo que representa la marca Rolex?
-Representa éxito-le dije-.Significa que ya llegaste, alcanzaste la cima. Al menos, eso representa para mí. Por eso compré un Rolex pirata, quería verme más exitoso.
-¿Y qué dice de ti un Rolex pirata?-me cuestionó padre rico al mismo tiempo que me miraba directo a los ojos.
-Que quiero ser exitoso-contesté-. Que algún día tendré un Rolex genuino.
-Vuelve a intentarlo-agregó con una sonrisita-. Lo que dice de ti es que eres falso porque sólo alguien que no es genuino utilizaría un producto de este tipo. Eso representa un Rolex pirata.
-Pero el Rolex verdadero cuesta demasiado dinero-contesté en tono de protesta-. Yo sólo quería usar un Rolex pero no tenía ganas de gastar demasiado dinero en un reloj. Por eso compré uno de cinco dólares. ¿Quién se va a dar cuenta?
–Tú-contestó padre rico-. Tú te das cuenta. En el fondo conoces muy bien el valor de la marca Rolex. Sabes lo que significa y por eso estás dispuesto a engañar y usar un producto pirata.
-No estoy de acuerdo-protesté. Nadie se puede dar cuenta. Lo sé porque inspeccioné el reloj antes de comprarlo. Parece real.
-Pero tú sabes que no lo es-dijo con aire muy severo-. Tal vez creas que estás engañando a casi todo el mundo, pero faltas tú. Lo importante es lo que tienes que decir acerca de ti mismo y, en este momento lo que estás diciendo es: «Soy pobre. No tengo éxito y no puedo darme el lujo de comprar un Rolex genuino, por eso compré uno pirata. Porque soy falso».
-¿Por qué me tratas con tanta severidad?-le pregunté-. Sólo se trata de un reloj barato.
-Es mucho más que un reloj barato-dijo padre rico con algo de impaciencia-. Es un reloj pirata, una copia, propiedad robada. Si estás dispuesto a comprar artículos robados, ¿eso habla bien de ti?
Yo todavía no entendía por qué mi padre rico hacía tanta alharaca por un reloj. Sabía que era falso y que era una copia pirata, ¿y qué?, ¿cuál es el problema?, ¿a quién le estoy haciendo daño?
Luego, padre rico dijo: -Si vas a ser un empresario de éxito, más te vale a conocer el valor de una marca y respetarlo. Con suerte, tal vez algún día tú mismo tendrás una marca. Quizá algún día tu negocio se convierta en algo como General Electric, Coca-Cola, McDonald’s o Rolex. Pero si eres un fraude, tu negocio también lo será, y ciertamente, jamás tendrás una marca.
Yo no estaba de acuerdo con él y no me gustó la forma en que me habló, pero tenía edad e inteligencia suficientes para saber que debía quedarme callado y permitirme asimilar el mensaje con el tiempo. A mí ya no me hacía falta seguir sufriendo por su ira, pero luego vi que él aún no había terminado.
-Si no eres una marca, entonces sólo eres un producto más sin rostro, de los muchos que navegan en un mar de objetos impersonales.
-¿Y cuál es el problema de ser un producto más?-pregunté.
-Nada. Si a ti no te molesta, entonces no hay problema-contestó padre rico-. Sin embargo, es la diferencia entre ser Hamburguesas Bobby y ser McDonald’s. La marca McDonald’s vale miles de millones de dólares, en tanto que Hamburguesas Bobby no vale un centavo. ¿Para qué pasar toda tu vida construyendo un negocio si no te interesa crear una marca? Padre rico dejó pasar un momento para recobrar el aliento, o tal vez para reflexionar más a fondo.
Yo había entendido: deseaba que aprendiera a respetar las marcas y lo que representaban, y también deseaba que, algún día llegara a ser un empresario con la capacidad de convertir a su negocio en una marca importante. Padre rico no quería que me convirtiera en un empresario mediocre.
-¿Sabías que tan solo el nombre de Coca-Cola vale más que el negocio completo de la compañía? Es más valioso que todo el equipo, los bienes inmuebles y los sistemas de negocios combinados-dijo padre rico, esforzándose para que aprendiera bien la lección-. No importa a dónde vayas en el mundo, Coca-Cola sigue siendo una marca reconocida.
-Entonces, si utilizo un Rolex pirata, ¿le estoy robando a Rolex? ¿Es eso lo que tratas de decir?
Padre rico asintió diciendo: -Sí, y cada vez que le compras productos a la gente que le roba a Rolex es como si dijeras: «Yo compro artículos robados. Además robé el buen nombre de una compañía.» ¿Y quién quiere hacer negocios con alguien deshonesto, barato, artero y fraudulento?
-Sólo quienes también son deshonestos, baratos, arteros y fraudulentos-contesté con reticencia.
-Si te enteraras de que tu vecino, el que tiene varios autos de lujo y un bote, en realidad es un criminal, ¿cómo te sentirías?
-Decepcionado-contesté-. Trataría de evitarlo.
-Ése es el tipo de juicio que se hace en el mundo de los negocios todos los días-dijo padre rico-. La gente honesta no hace negocios con timadores. Tu reputación es el cimiento de tu marca y, por lo tanto, debes protegerla con tu vida. En los negocios la reputación es más importante incluso que el negocio.
– Y después de decir esto, padre rico extendió su mano hacia mí con la palma mirando para arriba. Me quité el reloj y se lo entregué. Padre rico lo puso en el piso, colocó su zapato encima y lo hizo añicos. Y como sólo costaba cinco dólares, fue bastante sencillo. Entonces entendí.
Mientras recogía los trozos de mi Rolex pirata, padre rico continuó con su lección y me dijo:
-Muy pocos empresarios logran convertir su negocio en una marca. Una marca es algo inapreciable. Es la promesa del empresario para sus clientes. Una verdadera marca comienza en el alma de su creador y se conecta con la del cliente. Más que una transacción, se trata de un vínculo. En muchos casos es casi como un romance, una dulce relación que puede durar años.
-Si el alma del empresario es deshonesta, avariciosa, o si sólo le importa el dinero del cliente, pero no el cliente en realidad, el negocio jamás se convertirá en una relación. Perdurará sólo como una transacción, y una transacción no es más que un intercambio impersonal.
Cuando las piezas de mi reloj pirata estuvieron en el cubo de la basura, padre rico añadió:
-La razón por la que muy pocos negocios se convierten en marcas es porque, en general, sólo están interesados en hacer dinero. Dicen que quieren lo mejor para el cliente, pero por supuesto es una falsedad. No lo dicen de corazón. Cuanto más te interesas por tu cliente, más oportunidades tendrás de que tu negocio se transforme en una marca. E incluso si no crece hasta convertirse en algo como Coca-Cola o McDonald’s, si tú te preocupas por tu cliente, éste llevará tu marca en el corazón.
A continuación, un video de Robert Kiyosaki hablando del libro.
Fuente: Donald Trump y Robert Kiyosaki – «El toque de Midas – ¿Por qué algunos empresarios se hacen ricos, pero la mayoría no?»