Barbara Berckhan en su libro «¡Ya basta! Cómo encajar críticas y cómo hacerlas» nos ayuda a decir a los demás, por fin, lo que nos molesta de ellos, y a que nuestras palabras surtan efecto, y a recibir críticas de forma positiva.
Barbara Berckhan nos aporta en su libro los siguientes consejos, advertencias, preguntas y herramientas para ayudarnos a encajar y a hacer críticas a los demás.
CIERRA LA BOCA, CIERRA LOS OJOS Y AGUANTA
- Transforma la crítica indirecta en directa. Pide a tu interlocutor, con palabras amables, que la tenga en cuenta o que te haga el favor de convertirla en directa.
- Si siempre vas tragándote la frustración y la insatisfacción corres el riesgo de enfermar tanto física como emocionalmente.
- Si una relación se ha deteriorado, habla con la otra persona de todo lo que se haya ido acumulando debajo de la alfombra. Cada uno debe decir lo que le molesta y qué le gustaría que pasara en su lugar.
- A partir de ahora, ¿podrás renunciar a volver a protestar, lamentarte o quejarte? La próxima vez que te descubras refunfuñando, insultando o criticando, pregúntate si estarías preparado para enfrentarte a esa situación, abordarla y mejorar de verdad en lugar de limitarte a protestar.
- Herramienta para dejarte de fijar en lo que te molesta:
- Detecta lo que te molesta de tu entorno. Anota tres aspectos concretos que te molesten de tu trabajo o de tu vida personal.
- Busca una solución. ¿Qué tendría que pasar para que lo que te molesta deje de hacerlo? ¿Qué pequeños cambios te harían estar algo mejor? Apunta para cada molestia un cambio pequeño, mínimo, pero que te ayudaría a estar algo más contento.
- ¿Con quién tienes que hablar de esta molestia? ¿Cuándo le podrías pedir que cambiara algo? Apunta para cada cambio alguien con quien podrías hablar.
- Piensa en qué podrías hacer ahora mismo para poder avanzar un poco en lo relativo a esos tres problemas/molestias. ¿Qué podrías plantear ahora mismo, qué pequeño gesto podrías llevar a cabo? Anota para cada uno de los problemas un pequeño gesto que podrías hacer ya.
¿CUÁNDO VALE LA PENA HABLAR DE LO QUE NOS CONTRARÍA?
- ¿Desde cuándo es tu problema los asuntos de los que te rodean?
- ¿Sabes ver la diferencia entre lo que puedes o no cambiar?
EL CONCILIADOR, O EL MIEDO A METER LA PATA CON UNA CRÍTICA
- Para una persona conciliadora es importante aprender que hay que aguantar las situaciones difíciles sin querer solucionarlo todo de inmediato. Decir “no” sin sentirse culpable por ello.
- En una relación, habla de lo que te molesta desde el principio. Cuanto más tiempo lo dejes a un lado, más difícil será luego sacar el tema. Tragarse todas las quejas puede acabar por destruir la relación. Es lo que hacen los “coleccionistas de agravios”.
- Herramienta para comprobar si te identificas con un “coleccionista de agravios” (si te identificas con dos o más puntos, puedes serlo):
- Una persona en la que confías hace o dice algo que te molesta. No comentas nada para no enturbiar el ambiente.
- Eres muy consciente de los errores, faltas de respeto y delicadeza de los demás, pero ellos no se dan cuenta de que en tu fuero interno tomas nota de todas esas malas conductas.
- No hablas directamente de lo que te ha molestado con la persona en cuestión, sino que te quejas de sus acciones con terceras personas.
- Te defines como “conciliador”.
- Ejerces un efecto tranquilizante sobre los demás y estás orgulloso de que no te consideren un criticón.
- Eres muy sensible, aunque no lo demuestres.
- Cuando te irrita algo, haces comentarios irónicos para dejar entrever indirectamente tu desacuerdo.
- Hay ocasiones en las que estás muy enojado, pero terminas por transigir y adaptarte.
- Si un interlocutor te irrita hasta el punto de que te pondrías furioso, no le dices nada pero te empiezas a distanciar de esa persona.
- Herramienta: reúne el valor para hablar de lo que te molesta
- Manifestar lo que te molesta nos ayuda a todos. Estás haciendo un favor a los demás, ya que así saben cómo los ves, sin conjeturas ni suposiciones. Ahora pueden tenerte por fin en cuenta, mejorando así tus relaciones personales y profesionales.
- Habla de lo que te molesta mientras aún sea pequeño. Una pequeña molestia puede convertirse en un gran problema.
- Exprésalo con sencillez y sin dramatismo. No hace falta gritar. Se puede hablar con amabilidad de una molestia y servirá para que te sientas mejor.
- Intenta no adivinar lo que pasará. Muchos coleccionistas de agravios son muy pesimistas de entrada. Creen que hablar no sirve de nada o que las cosas irán a peor. No pienses en lo que pasará cuando hayas explicado algo que te molesta. Fíjate sin prejuzgar en lo que ocurre realmente cuando lo haces.
CRITICAR SIN HERIR
- Vigila cómo formulas tus críticas. Si tus palabras son irrespetuosas disminuirá la predisposición del otro a explicarse.
- Herramienta para decir a los demás lo que te molesta
- Sincérate contigo mismo.
- ¿Qué es exactamente lo que te irrita o molesta?
- ¿Qué es lo que no está claro o qué preguntas quieres hacer al otro?
- ¿Cómo podría mejorarse o solucionarse la situación?
- ¿Qué le pedirás al otro?
- Habla con el otro a solas. Una conversación crítica en grupo sólo funciona cuando afecta a todo el grupo.
- Emplea un tono de voz tranquilo y objetivo. Cálmate antes de empezar.
- Expresa con claridad lo que a tu parecer se ha hecho mal o ha ido mal. Cíñete a los hechos. ¿Qué ha ocurrido exactamente? ¿Con qué frecuencia ha pasado?
- Ni acusaciones ni presunciones. Cíñete a los hechos, no discutas de motivaciones, intenciones, especulaciones, sospechas o imaginaciones. Nada de expresiones del tipo: “lo que querías era provocarme”.
- Sólo una crítica, no más. No acoses al otro con todo lo que se ha ido acumulando, aunque esté relacionado. La gente sólo puede hacer frente a una crítica concreta por conversación. Si dejas puntos en la recámara, trátalos en otras citas o reuniones por separado, o aprende a perdonar y olvidar.
- No te embarques en monólogos interminables. No hagas un largo discurso incluyendo todo lo que tenías guardado. Una vez formulada tu crítica, deja que el otro hable y diga qué es importante para él.
- Escuchar, sólo escuchar. Cuando has dicho lo que te molesta, es el otro quien tiene que decir qué piensa al respecto. Si decide callar, deja que digiera tus palabras. Cuando hable, no le interrumpas aunque diga algo que no es cierto. Debe decirlo todo, justificarse, explicarse, salvar su reputación o echarle la culpa a otros. Estate tranquilo y escucha.
- Pon rumbo a un acuerdo. Lo hecho, hecho está. El pasado queda atrás. No podemos hacer nada por cambiarlo. Debemos ocuparnos del futuro y llegar a un acuerdo para solucionar el problema. Sé práctico y preciso. Debatid los interrogantes: ¿quién debe hacer qué? ¿cuándo? ¿dónde hacerlo y dónde no hacerlo?
- Sincérate contigo mismo.
- Los mensajes-yo son manifestaciones con las que uno expresa su estado emocional. Practica mensajes-yo a base de decir más a menudo cómo estás. Ejemplos: “Estaba preocupado porque todavía no habías llamado”, “No me siento bien cuando me cuentas cosas personales de nuestros compañeros”.
- ¿Cuáles son los pensamientos que te hacen enojar? Si eres consciente de ellos, podrás erradicarlos.
- No permitas que tus pensamientos te lleven a un enfado exacerbado.
- Herramienta: Cómo gestionar el enfado.
- Da la bienvenida a tus sentimientos. Acepta y recibe sin complejos tus sentimientos de enfado o rabia. No te rebeles contra ellos, acéptalos de corazón.
- Fíjate en qué pensamientos te pasan por la cabeza. Tu diálogo interior puede conducirte al enfado. Identifica las suposiciones, acusaciones e historias con las que alimentas tu rabia. Dales la bienvenida, pero no te creas lo que te cuentan, ya que las ideas producto del enfado suelen ser imaginaciones tuyas.
- No abordes el tema hasta que te hayas calmado.Hasta que no dejes de estar enfadado no podrás pensar con objetividad en cómo arreglar la situación.
- Si echas la culpa a la otra persona, puede negarlo todo e impedir alcanzar una solución satisfactoria. En vez de echar la culpa pregúntate cómo puedes evitar que se repita el problema.
- Expón las consecuencias de forma objetiva y neutral. No permitas que dé la sensación de que estás amenazándolo. Háblale de los efectos que tienen un error o una negligencia. Deja claro qué esperas de esa persona y qué no piensas tolerar en ningún caso. Por último, sé consecuente.
NEGOCIAR EN LUGAR DE PROHIBIR
- Si en un arrebato de furia le has echado una bronca a una persona, pídele disculpas después. Si no formulas una disculpa, será difícil que puedas buscar una solución razonable con el afectado.
- ¿Qué puedes hacer antes para que la otra persona acepte sentarse a negociar contigo?
- Herramienta: Cómo encauzar un nuevo pacto.
- Llama al problema por su nombre. Di con claridad, aunque sin atacar, lo que te molesta exactamente.
- Descubre qué quiere el otro. Interésate por sus intenciones y motivos. ¿Qué necesidad positiva hay detrás de lo que hace y no hace el otro?
- Respeta las necesidades de los demás. ¿Cómo podría satisfacer sus necesidades sin molestarte a ti?
- Respeta tus deseos personales. ¿Qué necesidades tienes tú ante la situación que se plantea? ¿Adónde te gustaría llegar? ¿Qué te gustaría evitar?
- Buscad entre los dos una solución que os satisfaga. ¿Qué acuerdo considerarías justo? ¿Qué solución aceptaría el otro? Debatid con tiempo distintas alternativas e ideas.
- Llegad a un acuerdo. Aplicad los retoques necesarios a la propuesta de solución que consideréis justa. A partir de ella, llegad a un acuerdo. ¿Cómo queréis ambos tratar este asunto a partir de ahora? ¿En qué podéis llegar a un pacto? ¿Qué normas concretas vais a aceptar ambas partes?
- Demuestra el valor que tiene para ti cada progreso por pequeño que sea. Muéstrate dispuesto a continuar negociando.
CÓMO HACER UNA CRÍTICA A PERSONAS HIPERSENSIBLES
- Herramienta: Cuatro estrategias para hacer una crítica a un interlocutor hipersensible.
- Intercala muchas de confirmaciones positivas en tu comentario crítico. Habla primero con sinceridad de todo lo que va bien. A continuación explícale qué te molesta y qué te gustaría que cambiara.
- No critiques, corrige. Olvida la palabra “crítica”. Limítate a sugerir correcciones acompañadas de una confirmación positiva inmediata cuando algo se ha hecho bien y se ha corregido con acierto. Nada de grandes críticas, sino muchas correcciones pequeñas acompañadas de una confirmación positiva de que se avanza.
- No critiques, haz sólo propuestas de mejora. Inicia la conversación con una propuesta de cómo hacer algo mejor, sin atacar ni restar valor a lo que haya hecho antes la otra persona al respecto.
- No critiques, sugiere soluciones. No se critica, se reflexiona sobre un problema común para el que se te han ocurrido un par de ideas. Ponte a negociar con la otra persona cómo podéis salir del problema. Pregúntale cómo le gustaría resolver el asunto. Así no sentirá amenazada su autoestima.
- Deja de refunfuñar y criticar al jefe a sus espaldas. Coméntale algo que pueda ayudarle a cambiar y mejorar. Háblale de lo que te molesta, sin atacarle ni dejarle en una mala posición.
EL OTRO LADO DE LA CRÍTICA: RECONOCIMIENTO, APRECIO Y AGRADECIMIENTO
- ¿Has expresado hoy de qué estás agradecido y qué valoras en tu vida?
- Si tu interlocutor cambia su forma de actuar después de que le hayas efectuado una valoración, aunque sea un cambio insignificante, demuéstrale que te has dado cuenta y dale las gracias por ello.
- ¿Quién te da a ti su reconocimiento sincero? ¿De dónde sacas tu autoestima?
- Piensa en una persona que te sea cercana. Concentra tu atención en la parte buena de esa persona. ¿Qué te gusta y qué cualidades aprecias de ella? ¿Qué es lo que valoras más de ella? ¿Cuándo fue la última vez que le dijiste todo eso a esa persona?
- Herramienta: Cómo hacer un comentario positivo a los demás.
- Deja de fijarte únicamente en los errores y en las faltas. Concentra tu atención en todo aquello que va bien.
- Muestra claramente lo que te gusta a los que te rodean. Alégrate por lo que sí funciona. Busca las palabras para expresarlo. Manifiesta tu reconocimiento.
- No acompañes tu aprecio de nada negativo. Evita el “pero” y la coletilla de que las cosas podrían ser mejores.
- Refuerza tu reconocimiento. Demuestra más aprecio allí donde convives o trabajas en estrecha relación con otras personas. Cada día debes expresar una vez tu sincero aprecio, desde lo más hondo.
LA CRÍTICA SORPRENDENTE Y LA SENSACIÓN DE INDEFENSIÓN
- ¿Eres capaz de pedir un comentario crítico de ti mismo a otra persona?
- Herramienta: Cómo estar seguro de ti mismo mientras te hacen una crítica.
- Acércate a la otra persona. Pídele su opinión y explícale de qué se trata exactamente. Fija un día y una hora para hablar.
- Haz preguntas concretas (ej. ¿cómo podría mejorar mi presentación del proyecto?), incluyendo preguntas positivas/negativas (ej. ¿qué funciona correctamente y qué podría mejorarse?).
- Escuchar y sólo escuchar. Cuando hayas planteado la pregunta, sé receptivo a lo que te digan, sin interrumpir ni justificarte.
- Comprueba si lo has entendido todo. Aclara las palabras opacas o ambiguas y las formulaciones extrañas (ej. ¿en qué puntos crees que no se entiende mi informe?). Al hacer preguntas evitas una reacción precipitada, mantienes una conversación transparente y puedes recibir la crítica sin alterarte.
- Ocupa tu sitio. No debes justificarte con una retahíla de palabras complicadas. Habla de cómo te ha afectado el comentario y qué te ha ayudado a aclarar. Explícale por qué has hecho o dejado de hacer algo en concreto. Plantea el asunto desde tu punto de vista, y si has cometido un error, pide disculpas y habla sobre cómo subsanarlo.
- Quédate con todo lo que te sirva. Demuestra a la otra persona que has recibido su crítica. Explícale qué cambiarás o qué te gustaría mejorar. Exprésalo con palabras concretas, o bien date un tiempo para pensar.
- Da las gracias por el comentario. Independientemente del resultado de la conversación, un agradecimiento sincero demuestra que terminas la conversación con la cabeza alta y conservando la calma hasta el final.
- Cuando un comentario crítico te pille por sorpresa, conténte. No des una respuesta precipitada, ni quieras justificarte apresuradamente, ni tengas una reacción beligerante. Tan sólo sorpréndete y conserva la calma. Piensa en primero comprender lo sucedido.
- Herramienta: Consejos para recibir una crítica de sopetón.
- Concédete un segundo de espanto. Dile a la otra persona que su crítica te ha pillado por sorpresa.
- Nada de reacciones precipitadas. Reflexiona con calma antes de responder.
- Haz preguntas si estás enfadado. Pregunta de qué aspectos concretos está hablando, y ganarás tiempo para averiguar qué le pasa a esa persona.
- Reuníos y valora qué es más importante para ti. Has escuchado y comprendido lo que quería decir la otra persona. Ahora debes comprobar:
- ¿Está justificada la crítica o es una intromisión en tus asuntos?
- ¿Te resulta útil y aprovechable o sólo busca rebajarte?
- ¿Es el momento oportuno para mantener una conversación crítica?
- ¿Cuál es la mejor manera de hacer frente en ese momento a esa crítica?
- Toma partido. Dile a la otra persona la conclusión a la que has llegado. Quizá te gustaría retomar la conversación en otro momento. Explícale por qué te gustaría hablar de asunto más adelante. Puedes también decidir afrontar la crítica en ese momento y hablar de ello.
CÓMO CONSEGUIR QUE NO TE AFECTEN LAS CRÍTICAS SUBJETIVAS
- ¿Eres capaz de decir a los demás cuáles son los asuntos que te afectan solamente a ti y dónde comienza tu ámbito de soberanía?
- Todas las personas tienen derecho a decir lo que piensan y opinan, incluso los que se entrometen en tus asuntos. Tú tienes derecho a no aceptarla. No tienes por qué hablar de ello ni por qué justificarte. Tampoco tienes por qué discutir con el otro.
- Herramienta: Cómo defender tu ámbito de soberanía.
- Habla con absoluta autoridad. Adopta una postura firma y muéstrale al otro que tus palabras van en serio.
- Utiliza las palabras justas, y a la vez sufucuentemente claras. Ejemplo: “Sí, te comprendo, pero es algo que decido yo”.
- No pierdas la cordialidad, y si es necesario muéstrate tenaz. No grites ni te excites. Si la otra persona insiste, dile “¡No, gracias!”, con la máxima firmeza.
- Pide ayuda cuando la necesites. Escucha los consejos que te ofrezcan, pero mostrando que eres capaz de tomar tus propias decisiones.
- Herramienta: Detectando a un crítico destructivo (demoledor”).
- Conserva la calma y la compostura.
- Pregúntale cosas concretas.
- ¿Qué debería hacer según tú?
- ¿Tú cómo lo harías?
- ¿De qué forma podría salir mejor?
- Comprueba si sus respuestas son útiles. Al preguntarle, le invitas a que haga una crítica constructiva. Si responde “ni idea” o algo similar, estás ante un crítico destructivo o demoledor.
- Herramienta: Cómo decirle a la otra persona que te molestan sus comentarios improcedentes.
- Debes adoptar una postura firme conscientemente. Demuestra que tú también eres alguien fuerte.
- Formula una petición clara y breve, sin atacar y en tono calmado.Ejemplo: ¿Te importaría decirme de forma objetiva y sin burlas ni menosprecios qué es lo que he hecho mal?
- Sé tenaz. Si la otra persona repite estos comentarios más adelante, repite tu petición las veces necesarias, con toda la calma, sin alterarte.
- Herramienta: Cómo cuestionar un comentario mordaz.
- Deja a un lado la interpretación automática de las palabras. Llega un momento en que dejas de comprender las palabras envenenadas de tu interlocutor. Cada vez que se dirijan a ti en tono ofensivo o de menosprecio, forma un inmenso interrogante con tu expresión facial.
- Pregunta, pide una explicación. Haz una pregunta en respuesta a los comentarios hirientes, interrogando sobre lo que significa en concreto la palabra ofensiva o la frase despectiva.
- Quédate con la información objetiva. Es posible que la otra persona responda a tu pregunta con la concreción de lo que le ha molestado. A partir de ahí puedes hablar de una solución. Haz tú lo mismo. Exponle con claridad que siempre recibes bien una valoración precisa y objetiva.
- Herramienta: Cómo apartar un comentario irrelevante. Hay personas que dicen lo que se les pasa por la cabeza en un momento dado, y no siempre son comentarios inteligentes a los que haya que dar importancia. Si respondes, hazlo con monosílabos. Ejemplo: “¡Ah, sí!”, “Ya ves”, “¡Bah!”.
- No toleres críticas que te lleguen en forma de cotilleo, de forma indirecta a través de terceras personas. Invita al emisor de la crítica a hablar contigo.
- Herramienta: Cómo poner fin a chismorreos, cotilleos y rumores.
- Sé un ejemplo. No participes de rumores negativos que afectan a otras personas.
- Frena los chismorreos con una pregunta desagradable. Ejemplo: “¿Por qué me cuentas esto, qué pretendes?”.
- Demuestra con claridad que no piensas tolerar ninguna conversación malintencionada. Localiza el origen de los rumores sobre ti y aclara con él que no piensas tolerarlo.
CUANDO LA OBJETIVIDAD Y LA SUBJETIVIDAD SE MEZCLAN
Cuando tu interlocutor te proporciona comentarios extraños
¿TUS REACCIONES ANTE UNA CRÍTICA SON HIPERSENSIBLES?
- ¿Con qué frecuencia evitas que los demás puedan criticarte?
- Herramienta: Cómo afrontar con serenidad los propios errores.
- Admite tu error sin poner excusas. Di con claridad: “Me he equivocado”.
- Discúlpate con sinceridad. Pide disculpas con las palabras adecuadas en función del error cometido. Ejemplo: “Lo siento, me he equivocado, te pido disculpas”.
- Propón alguna forma de corregir o compensar el mal causado.Asume la responsabilidad de arreglar la situación y compensar los daños.
- Muéstrale al otro lo que has aprendido. Explica al otro, si procede, cómo vas a evitar en el futuro a cometer el mismo error.
- Perdónate. Haz las paces contigo mismo. Perdónate el haber cometido un error.
- Cuando critiquen tu rendimiento o te valoren de forma muy negativa, debes averiguar qué criterios te han aplicado. Deja que la otra persona te explique sus criterios, directrices y normas. Luego decide si quieres adoptarlas y aceptarlas.
- Herramienta: Cómo sostener tu escudo
- Elige conscientemente tu actitud interior. Antes de recibir una crítica, sé consciente de que adoptas una actitud objetiva e impersonal.
- Deja que te ayude tu imaginación. Imagina un escudo ante lo que se estrella todo lo que podría herirte. Estás seguro detrás de ese escudo.
- Ejercita tu escudo en momentos de paz. Imagina que llevas ese escudo antes de ponerlo en práctica y acudir con él a una cita o reunión. Así tendrás menos miedo a que te ridiculicen.
EL PODER DEL CRÍTICO INTERIO
- Un crítico interior poderoso puede ser una gran fuente de depresión y desánimo.
- Herramienta: Conoce a tu crítico interior. Reflexiona sobre las siguientes preguntas:
- ¿Te insultas en tus pensamientos? ¿Cuáles son tus insultos favoritos?
- ¿Hay algo de tu aspecto que tu crítico interior siempre censure? ¿Qué es? ¿Cómo te sientes?
- ¿Tu crítico interior te compara con otras personas? ¿En qué?
- ¿Hay algún tema que tu crítico interior retome recurrentemente? ¿Cuáles son?
- ¿Qué errores te recuerda del pasado? ¿Cómo te sientes?
- ¿Qué es lo que censura de tu personalidad? ¿Qué conducta no le gusta en absoluto? ¿Cómo te sientes ante ello?
- ¿Tiene tendencia a censurar todos los aspectos de tu vida? ¿En qué exactamente? ¿Cómo te sientes?
- ¿Te has planteado poner en tela de juicio toda esa palabrería crítica?
- Cuando soluciones algún conflicto de forma espontánea puede que luego te atenacen las dudas y la inseguridad sobre si has obrado bien. Es tu crítico interior.
- Los ataques de tu crítico interior pueden poner en peligro tu carrera profesional.
- Fíjate en lo que sucede cuando alguien te alaba. Esfuérzate en aceptar en reconocimiento de los demás, sin suavizarlo ni rebatirlo.
- Herramienta: Cómo amansar al crítico interior.
- Descubre los principales puntos de ataque de tu crítico interior. Da igual cómo te vaya, siempre hay ámbitos en los que insiste, ¿cuáles son?
- Deja de creer a tu crítico interior. No le concedas más atención. No luches contra él. No le escuches, no te ayuda, sólo puede hacerte daño.
- Escribe lo que te pasa por la cabeza. Abre un diario del crítico interior en el que escribas “el crítico interior cree que…”. Así lo podrás desactivar y diluir.
- Fíjate en los momentos en que irrumpe el crítico interior. Detecta en qué circunstancias o épocas del año es más incisivo y prepárate para sus embates.
- Autoasistencia en lugar de autoinsulto. Aprende a cuidarte a ti mismo en momentos de crisis o debilidad, que es cuando el crítico interior se ceba.
- ¿Qué harías ahora mismo si tu crítico interior todavía estuviera ahí y ya no te atacara?
Fuente: Barbara Berckhan. «¡Ya basta! Cómo encajar críticas y cómo hacerlas»